Ejercicio al aire libre
La práctica deportiva al aire puede reportarnos grandes beneficios para nuestra salud. A estas alturas todo sabemos que el ejercicio físico tiene innumerables beneficios a nivel cardiológico, respiratorio, muscular, óseo y un larguísimo etcétera. Esta lista de beneficios puede verse ampliada si somos capaces de trasladar esta práctica deportiva desde un gimnasio a un espacio abierto al aire libre. ¿Qué deportes se pueden practicar al aire libre? La lista puede hacerse muy extensa, pero algunos de ellos pueden ser salir a pasear, montar en bici o patines, correr, piragüismo, deportes de raqueta cómo bádminton o tenis o simplemente una rutina de fitness.
Realizar actividades en entornos verdes, con naturaleza y aire limpio y bajo los rayos del sol, aporta una mayor sensación de libertad, lo que produce un mayor aumento de la autoestima y mejora del ánimo gracias a una mayor producción de endorfinas. El ejercicio al aire libre tiene una mayor capacidad de eliminar tensiones corporales y mentales que tanto acumulamos en nuestras ajetreadas vidas en forma de estrés. Renovarás tu energía y pensamiento positivo. Muchas actividades pueden practicarse en grupo con amigos o familiares y eso nos ayuda a sociabilizarnos. Relacionarnos con otras personas aumenta los beneficios anteriores y nos aporta una motivación extra.
La práctica deportiva en espacios abiertos, como los parques o la playa, resulta ser mucho más amena y divertida. Disfrutar de buenas vistas es mucho más gratificante y ayuda a combatir el aburrimiento que puede provocar realizar carrera continua sobre una cinta delante de una tele. Este estado de distracción no te dejará ser plenamente consciente del esfuerzo que realizas y podrás alargar tus sesiones de entrenamiento durante más tiempo del habitual.
Si tu objetivo no es únicamente lúdico y saludable, y pretendes una mejora del rendimiento o reducir tu porcentaje de grasa corporal puede que te sorprendas. Correr por un entorno natural es mucho mejor porque plantea una gran variedad de desafíos. El terreno variable de un parque provoca una adaptación de tus músculos, tendones y posición de tus articulaciones lo que aumenta la complejidad propioceptiva frente a su variante practicada en cinta. También es muy probable que nos encontremos con cambios de desnivel o de dirección que nos obliguen a realizar cambios de ritmo, aumentando por lo tanto nuestro gasto calórico. En general, cualquier práctica deportiva verá aumentada su gasto calórico si la realizamos al aire libre debido a los factores externos cómo el viento, el calor o el frío que provocan una mayor necesidad de termorregulación del cuerpo.
Si eres de los que piensan que ir al gimnasio es demasiado duro y aburrido, o simplemente no está hecho para ti, no lo pienses dos veces y sal a la calle, al parque o a la playa y disfruta de todos los beneficios que puede aportarte el ejercicio en entornos al aire libre. Seguro que te encantará.
Daniel Soler para SuperVida – TRAINING